La importancia del entorno sobre la salud y el bienestar es algo que está sobradamente demostrado, pero ¿Sabemos realmente qué nos afecta de nuestro espacio más cercano, la casa, el lugar de trabajo, una tienda? ¿Cómo lo hace? y ¿Hasta qué punto puede interferir en nuestras emociones? ¿Qué se puede hacer al respecto?,...
A través de imágenes y explicaciones, iré contando aquello que interviene en los sentidos generando emociones. Se trata de un viaje hacia el interior de nosotros mism@s empezando por el exterior más inmediato: el espacio en el que vivimos y nos desenvolvemos a diario. Ambos están vinculados irremediablemente y lo que hagamos en uno, va a afectar al otro.
Habrás comprobado muchas veces que cuando desatendemos nuestro cuerpo y dejamos de cuidarnos, habitualmente hacemos lo mismo en casa, el desorden empieza a invadir cada rincón, al principio sutilmente. Con el tiempo el desbarajuste aumenta y con ello nuestro malestar. Nada mejor que una buena jornada de orden y limpieza para sentirnos renovad@s. Seguro que después te apetecerá un buen baño y algunos cuidados del cuerpo. Párate a pensar y verás hasta qué punto mente y espacio van ligados.
Te propongo algo: esta semana utilízala para observar tus emociones, cómo te sientes en casa, qué haces en ella, y si estás a gusto o hay cosas que te incomodan. Primero a modo general, lo más evidente y, poco a poco, ve analizando con más detalle desde que entras, habitación por habitación, las sensaciones que te produce estar ahí. Si quieres puedes hacer una lista, te ayudará en un futuro.
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